López Obrador defiende, a pesar de los amparos, la distribución de los materiales preparados por su Administración. Algunos especialistas alertan de que se trata de “un retroceso” por una “reducción excesiva” de los contenidos.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha envuelto en una polémica a raíz de los libros que se reparten en los colegios para formar a los niños mexicanos. El Ejecutivo lleva por lo menos un año diseñando los ejemplares con un material distinto al que se repartía hasta ahora. Los cambios desataron la polémica y las quejas de miembros de la comunidad educativa que optaron por llevar la discusión a los tribunales. Allí la justicia frenó las ediciones y pidió que se revisaran. El Gobierno, sin embargo, ha seguido adelante y ahora busca distribuir, antes de iniciar el próximo ciclo educativo en agosto, los nuevos libros de texto en todo el país. Algunos especialistas han alertado que ignorar las medidas judiciales podría tener consecuencias legales. “Los libros van a llegar para el reinicio a clases el 28 de este mes”, dijo el presidente este martes, “no hay ningún juicio de amparo que impida que se distribuyan”.
Los libros de la polémica se filtraron este martes. En México, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) ha garantizado la impresión y distribución durante décadas los textos escolares para todos los colegios de los 32 Estados. En los modelos diseñados por la Cuarta Transformación, de acuerdo a las versiones que circularon en la comunidad educativa, la enseñanza se reestructuró en cinco áreas: “múltiples lenguajes”, “nuestros saberes”, “proyectos de aula”, “proyectos escolares” y “proyectos comunitarios”. En esas categorías cabe todo lo que se enseñará el próximo ciclo. Entre las quejas que despertaron estos documentos, les acusan de haber desarrollado los textos sin consultar a los diferentes actores involucrados en la educación infantil.
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